Quién es la perra guerrera
Soy D. G., experta en comunicación y perra vieja en el mundo del emprendimiento y los negocios online.
En realidad, ni ladro ni soy nada perra.
Vivo rodeada de proyectos innovadores, de empresas emergentes y de gente con talento.
He participado en la puesta en marcha de empresas reconocidas en España. Y también he lanzado proyectos digitales propios que han sido referentes en mi entorno local.
Tras un tiempo sin emprender, vuelvo a la carga con El arte de la Perra, un proyecto que me ilusiona, me divierte y con el que, además, pretendo ganar dinero. ¿Qué tipo de emprendedora sería si no fuera ese mi objetivo?
Esta web no nace por amor al arte. Mi objetivo, insisto, es ganar dinero. Y si estás aquí es porque tú también quieres ganar dinero. Así es que te voy a hablar claro, porque tú y yo nos entendemos.
Voy a venderte las que, para mí, son las mejores formaciones digitales del mercado, que veo que es lo que andas buscando.
¿Y qué entiendo yo por las mejores formaciones?
Pues aquellas que son capaces de hacer que prosperes y consigas tus objetivos económicos, profesionales y/o de libertad e independencia.
Te explico mejor.
Para mí, los mejores cursos digitales son aquellos que tienen detrás gente profesional y de fiar; que ofrecen un contenido realmente trabajado, probado, completo y transformador; que abordan temas que son tendencia, que están muy demandados por las empresas o que pueden suponer un revulsivo en la vida de cualquiera que se esfuerce y se ponga a ello; que cuentan con un soporte sólido que evita que nadie se quede en la cuneta; que garantizan la devolución del dinero invertido si no se cumple con las expectativas… En definitiva, aquellas que yo misma he cursado y me han parecido buenas (que son unas cuantas) o que recomendaría a mi mejor amiga.
En el mercado hay infinitas formaciones digitales. Créeme si te digo que no siempre es fácil identificar las que realmente valen la pena. Hay mucho humo y mucha fantasía. Y yo, espada en mano, voy a meterme en esa guerra por ti.
¿Porque te quiero con el alma y eres lo mejor que me ha pasado en la vida? No. Porque he decidido hacer de esta dedicación mi trabajo y conseguir así una fuente nueva de ingresos.
Pero mira, lo cierto es que lo que tú pienses de mí y de El arte de la Perra me importa mucho, porque si ves que no te vendo lo primero que pillo y que me curro lo que te ofrezco, confiarás en mí y me recomendarás.
Por eso, mi intención es hacer una buena criba y ofrecerte información solo de aquellos cursos online que yo de verdad haría. Me voy a dejar muchísimos por el camino, seguro que algunos buenos, pero si no lo veo claro, no te los voy a compartir. No me la quiero jugar.
¿Y tú que tienes que hacer?
Tú solo tienes que entrar a ver las formaciones que te presento, leer todos los detalles que te doy con atención, pinchar en los enlaces de cada artículo (para obtener más info, para agendar llamada informativa, para apuntarte a un webinar explicativo…) y, finalmente, si das con un curso online que se ajusta a lo que buscas, comprarlo (y emplearte a fondo, por supuesto. No hay más misterio si quieres conseguir resultados).
Ya está.
A ti la formación te cuesta lo que vale. Ni más ni menos. Y yo ya me apaño con el creador del curso.
Por cierto, por si te lo preguntas. El nombre de esta web no es una reivindicación feminista.
¿Has oído alguna vez la expresión «tener perras» para referirse a «tener dinero»?
Pues eso es. La «perra» hace referencia al dinero, porque lo que pretendo es que tú ganes más dinero del que ganas ahora con las herramientas que te voy a ofrecer para conseguirlo y yo, gracias a tu crecimiento, quiero ganar también. Un win-win en toda regla.
Con El arte de la Perra he querido hacer un guiño también a El arte de la guerra de Sun Tzu, tratado militar chino con enseñanzas muy interesantes que se aplican con éxito desde hace décadas en el mundo empresarial. No hay ejecutivo o CEO que no conozca la filosofía de este libro.
De este cóctel nace esta web, con la perra y su arte.
Y detrás, yo.
Ahí va un brindis por tu futuro, por el mío… ¡y por la perra guerrera!